


Ivalu Mezzetta
Joyas que hablan
Diseñadora y orfebre, Ivalú Mezzetta da vida, personalmente, a cada una de sus piezas con materiales como plata, piedras semipreciosas, cuero, porcelana fría y un toque de cristales Swarosky. “La unión de algunos de estos materiales genera diálogos interesantes, transmite cosas que, quizás las joyas más tradicionales no transmitían”, dice. “Y allí radica el valor de la joyería contemporánea”.
Cada trabajo es único y por ello no hay dos piezas iguales. Incluso, algunas tienen nombre, un nombre que responde a su propia historia. Como ejemplo, menciona la serie Tierra y Vida, compuesta por joyas hechas con piedras, muchas de ellas piedras volcánicas que aprendió a usar mientras vivía en Islas Canarias, y flores de plata, una síntesis, explica, del mundo que nos rodea.
“Tengo muchos diseños de hojas, de ramas, me encanta lo orgánico”, afirma Ivalú. “Debe ser que como Lanzarote es tan árido, me pasé extrañando el verde”. Tanto que hoy esas formas se han convertido, casi, en su propio sello.
Sus piezas están hechas para usar y, contrariamente a la tendencia de guardar las joyas como objetos de valor, su apuesta a lucirlas y a completar el look de la mujer de hoy. También para revalorizar antiguas joyas, como broches o prendedores de abuelas que, intervenidos por esta diseñadora, vuelven a cobrar vida.
Entre los diseños más característicos de Ivalú Mezzetta están los tocados de novia que ella define como joyas para la cabeza. “Son tocados de plata, soldados a mano que tienen la misión de perdurar en el tiempo”. Y si bien, en muchos casos, las recién casadas los convierten en collares, muchas saben que la pieza será un tesoro para regalar a futuras generaciones.
A partir de esta temporada Ivalú Mezzetta The Jewelery Box está en la Ruta 10, Galería del Paseo de la Barra, en un entorno que, además de muchos árboles, cada vez se posiciona más como circuito de arte y diseño. Un sitio donde Ivalú se siente como pez en el agua.


